El Club da un salto de calidad esta temporada y apuesta por la utilización de los dispositivos GPS, que servirán para hacer un seguimiento individualizado de todos los jugadores del Juvenil A en los entrenamientos y los partidos.
Esta herramienta, compuesta por un dispositivo situado en la parte posterior de un chaleco, registra una gran cantidad de parámetros via satélite durante la actividad física que posteriormente son analizados por el cuerpo técnico en una base de datos.
El preparador físico del Juvenil A, Marc Giménez, explica en qué consiste su labor. “Acabamos seleccionando las diez variables que pensamos que nos serán útiles. El GPS nos da más de 100 variables cuantitativas que tenemos que transformar en cualitativas, a través del análisis, para poder tomar decisiones en beneficio de los jugadores”. En otras palabras, los entrenadores pueden saber, por ejemplo, cuántos kilómetros corre un jugador determinado o qué distancia por minuto, pero la cifra por sí sola no aporta ningún valor. Debe interpretarse en su contexto para optimizar el rendimiento del futbolista.
El objetivo principal es controlar la carga externa de cada jugador durante los entrenamientos para acercarse a las situaciones que se dan en los partidos. “Se trata de entrenar durante la semana como se compite el fin de semana”, resume Giménez.
Los beneficios de contar con los dispositivos GPS son múltiples y, además de mejorar el rendimiento, también son clave en la prevención de lesiones. Ayudan a disminuir la probabilidad de lesiones, administrando la sobrecarga y la fatiga de manera personalizada. Igualmente, los procesos de readaptación de los jugadores lesionados son más precisos, reduciendo el riesgo de recaída.
En definitiva, el Juvenil A contará desde este año con una herramienta de monitorización que permitirá profesionalizar el estado de forma de los jugadores y del equipo.
