Es una de las 23 futbolistas que se proclamaron campeonas del Mundial de Australia y Nueva Zelanda con la selección española el pasado mes de agosto. Cinco veranos atrás, Maria Pérez llegaba al CF Damm lesionada de larga duración, con muchas incógnitas y retos por superar. Se recuperó y guio al equipo a ganar la Liga y la Copa con el Juvenil Femenino. A tres días de cumplir 22 años, nos recibe en el campo de su pueblo, Sant Fost de Campsentelles, para hacer balance de una temporada que le ha cambiado la vida.
Debutar con la selección femenina absoluta, ganar la Liga con el Barça B siendo una de las capitanas, formar parte de la plantilla del primer equipo campeón de Liga y Champions, renovar el contrato con el FC Barcelona hasta 2025 y ganar el Mundial. Esta fue tu temporada 2022/23. No ha sido un mal año, ¿verdad?
Creo que todavía no soy consciente de todo lo que me ha ocurrido este año. Pienso en un futuro y sé que nunca lo olvidaré. Es el año en que he empezado a entrar en dinámica de primer equipo del Barça, conseguimos la Champions, después me llaman para el Mundial, que creo que es lo máximo a lo que puede aspirar una futbolista, y conseguir ganarlo... pues imagínate. Tanto colectiva como individualmente ha sido un año muy bueno.
¿Te ha cambiado mucho la vida en este año?
Sí, porque un Mundial es un escaparate muy importante. Yo sigo siendo la misma persona, pero ahora mi nombre es más conocido en todo el país y también me reconocen más.
Acabas de recibir el premio a Jugadora con Mejor Proyección en la Gala de las Estrellas del Fútbol Catalán. ¿Cómo viviste este acto en la Antigua Fábrica Estrella Damm?
Fue muy especial. Acudieron futbolistas muy importantes como Aitana Bonmatí, la mejor jugadora del mundo a día de hoy, Bojan, Javi Puado, entrenadores, y muchos más, y creo que en el ámbito catalán esta gala es lo máximo. Estoy muy agradecida por el premio que me dieron, es un reconocimiento individual a una temporada colectiva. La temporada del Barça B fue atípica, realizando un año espectacular con jugadoras tan jóvenes y, de hecho, estaba nominada junto a Júlia Bartel y Txell Font, que son dos ex compañeras mías que lo merecían igual que yo.
¿Cómo fueron los dos años que estuviste en el CF Damm?
Llegué un poco “cagada”. Venía de jugar en el equipo de mi pueblo y en La Roca PBB, y la Damm fue el primer club semiprofesional al que iba. Llegar lesionada fue un paso de decirme a mí misma que no había un mejor sitio para recuperarme bien. Pensé que era un equipo que me ayudaría mucho y que tenía que trabajármelo. Venía de no jugar todo un año y el miedo a estar o no al nivel lo tenía, pero recibí la confianza que necesitaba de Juli García, mi entrenadora, y le estoy muy agradecida. Es quien me descubrió en esa posición de ‘6’. Me adapté bien y el primer año fue espectacular, ganando la Liga y la Copa. El segundo se detuvo la temporada por el COVID, pero íbamos en buen camino, luchando la primera posición con el Barça, y sólo tengo buenas palabras para el CF Damm.
En lo personal, ¿qué recuerdo tienes? ¿Tienes contacto con esas compañeras de vestuario?
Sí, todavía tengo contacto con muchas de ellas. Creamos un grupo muy sano en los dos años y fueron increíbles a nivel personal. Crecí mucho, y también maduré gracias a la lesión. Sólo tengo buenos recuerdos y buenas experiencias, es un club que cuida mucho a sus jugadoras y que intenta dar lo máximo para que estemos lo más cómodas posible. Además, en una edad que es muy fácil hacer amistades, y yo tengo muy buenos recuerdos y buenas amigas de la etapa en Damm.
Y ese verano te ficha el Barça para el filial. ¿Hay algún momento concreto de tu trayectoria en el que pensaste que te podías ganar la vida jugando al fútbol?
Creo que ha sido muy progresivo. Vengo de una familia que siempre me ha dicho que no deje de estudiar porque no podría dedicarme al fútbol profesionalmente. Vengo de una base muy humilde, y creo que esto también me ha ayudado a tocar siempre con los pies en el suelo. Fue progresivo, aunque también es verdad que me vino de repente. A debutar llega mucha gente, pero lo difícil es mantenerse, y el momento clave fue instaurarme en el primer equipo y ver que podía tener nivel para estar allí. Cuando me dicen de hacer pretemporada, y entro en dinámica coincidiendo también con un brote de lesiones que me abrió la puerta de la sub-23. Cada vez me sentía más cómoda y ellas también me lo hacían muy fácil para que así fuera, y en el momento que entro en esta dinámica, la selección acompaña y a nivel individual me siento bien, es cuando pienso que, si trabajo, quizá me puedo dedicar al fútbol profesional.
¿Cómo viviste el momento de entrar en la convocatoria definitiva de 23 jugadoras para disputar el Mundial absoluto?
Fue muy especial. Entrar en la prelista de preparación de 30 jugadoras podía imaginarlo, porque oyes ruido y crees que tu nombre podría aparecer entre las opciones. Aquellas semanas fui a dar el máximo, no tenía nada que perder, sólo podía ganar experiencia y rodaje en la élite. Pero en la lista definitiva no me lo esperaba. Cuando vi el nombre en la convocatoria nos pusimos a gritar en casa con mi hermano. Me iba a Nueva Zelanda, a la otra punta del mundo, a jugar un Mundial de fútbol, que es lo máximo.
Tuviste minutos en octavos de final ante Suiza. ¿Cómo viviste ese momento y qué recuerdos tienes del Mundial?
Las primeras semanas fueron duras. Todavía no competíamos, todo eran entrenos y estábamos en un sitio que no era atractivo, pero creo que estar en Palmerston North nos hizo mucho más equipo porque no teníamos nada que hacer, y nos unió. Tengo muy buenos recuerdos del Mundial, me llevo muchísimas experiencias y momentos. Sobre el debut, nos plantamos con un 4-1, me dicen de calentar, y ves el momento de salir con un resultado amplio que permite rotar. Fue media horita para disfrutar y seguir ganando experiencias que en un futuro seguro que me sirven.
¿Te has parado a pensar que eres campeona del Mundo?
[Ríe]. Muchas veces, y ahora ya soy algo más consciente de ello. Cuando la gente me lo bromea, pienso, ostras, yo vi el Mundial del gol de Iniesta en casa, con mis primos, todos gritando, ¡y ahora soy yo la que ha vivido esto! Es algo muy bestia, muy difícil de volver a repetir, pero ojalá pueda estar muchos más años compitiendo campeonatos como éste y, por qué no, ganar otro.
Esta temporada estás cedida en el Sevilla FC. ¿Cómo está siendo la adaptación?
Es un estilo de juego diferente y, al no hacer la pretemporada con ellas, me cogió de nuevo y ya con el inicio de liga, con muy poco tiempo de maniobra. Ahora ya han pasado unos meses, he visto cómo va el juego de allí y cómo nos compiten los equipos. Es muy diferente al Barça, donde se somete tanto al rival que defiendes muy poco, y las defensas que haces deben ser perfectas. En el Sevilla todo el mundo te juega diferente y tú también juegas diferente, y yo creo que me ayudará a crecer más en lo defensivo, en los duelos y la picardía, y sobre todo a seguir ganando minutos que es lo que necesito. Estoy segura de que me irá muy bien para el futuro.
Cuando uno habla con deportistas femeninas, es difícil que te digan que siguieron referentes femeninas de pequeñas. ¿Tú tuviste?
De pequeña mis referentes eran masculinos. Mi ídolo era Andrés Iniesta y siempre me cogía el ‘8’ porque lo llevaba él. A medida que fui creciendo, me fijé más y en los últimos años fue Alexia. Fui viendo más fútbol femenino dentro de lo que se podía, porque no existía la visibilidad que hay ahora. Y en mi posición, actualmente es Patri. Hace unos años que me fijo en cómo juega y es una jugadora que me ha ayudado mucho en el Barça. Antes sólo tenía referentes masculinos y creo que a día de hoy hay muchos más femeninos, y es muy bueno porque ves incluso a niños con camisetas de Alexia o Aitana. Esto es que está creciendo y yendo bien.
¿Y a ti te gustaría ser una persona de referencia para las niñas que empiezan?
¡Por supuesto! Todo el mundo busca tener ese nombre que inspire a jugadoras, y no sólo dentro del campo, también fuera. Que las niñas no tengan miedo a jugar es algo en lo que ahora mismo tenemos mucho poder nosotras como referentes femeninas, y creo que debemos potenciarlo porque está cambiado y se nota. Obviamente, si en algún momento soy referente de las niñas, yo encantadísima. Me gustaría volver aquí [a Sant Fost de Campsentelles] a hacer cualquier cosa con ellas, o con ellos. Me