Fermín nació en Barcelona en 1944 y a los treinta años entró en el campo de La Selva para convertirlo en casa. Sus inicios en la institución fueron como delegado. También ejerció de entrenador hasta que unos años después se quedó como responsable del campo de fútbol y del bar, dejando su trabajo en la Seat para dedicarse exclusivamente al Club. Posiblemente, es muy subjetivo afirmar que el campo de arena de la calle La Selva era el mejor cuidado de todo el país, pero sí podemos afirmar sin duda que era uno de los mejores. Su dedicación y capacidad de trabajo eran interminables.
El pasado 15 de enero, el Presidente Ramon Agenjo y Josep Barcons, amigo personal de Fermín y Presidente de Honor del CF Damm, escenificaron la despedida con una cena homenaje donde asistieron sus familiares y los compañeros del Club. El CF Damm premió su trayectoria con un viaje y con un reloj grabado con su nombre y el escudo del Club.
Será difícil ir a las oficinas de la calle La Selva y no saludarlo. Fermín es el ejemplo de trabajo, dedicación y cariño a unos colores. A partir de ahora, con la merecida jubilación, lo encontraremos en los campos de fútbol animando y sufriendo por su querida Damm.
