El ex portero del CF Damm se unió al conjunto de actos que se están realizando para celebrar los cinco años de la clasificación del Juvenil A para la Copa del Rey y conversó en directo por Instagram. “Fue un gran año, tanto colectiva como individualmente. Disfruté mucho del fútbol”, recuerda Vito.
Uno de los puntos clave de aquel grupo, según el actual jugador del Olot, fue la cohesión dentro y fuera del vestuario. “En los momentos de duda mirábamos al compañero de al lado y sabíamos que estaba convencido”, explica el ex capitán. El equipo superó las adversidades y certificó la clasificación en la penúltima jornada contra el Nàstic de Tarragona (1-0). “Aún recuerdo la ilusión de toda la gente que forma parte de la familia de Damm en esa semana previa”, rememora Marc Vito. “Hacía más de 40 años que el Club no jugaba la Copa del Rey y se notaba en las caras de la gente que estábamos haciendo algo especial”.
En octavos de final, los cerveceros se enfrentaron a los favoritos para levantar la copa, el Málaga de Fornals y Ontiveros. “Cristóbal nos transmitió mucha tranquilidad. ‘La vida es más que un partido de fútbol’, nos decía. Así afrontamos el compromiso y no cambiamos nuestro estilo de juego”, comenta el portero, que detuvo uno de los dos penaltis que le pitaron a los andaluces en un partido que acabó con empate a dos. A la vuelta, “fue un encuentro muy especial. En casa éramos muy fuertes y ver el Municipal de Horta a rebosar fue muy bonito. Nos adelantamos, pero ellos tenían jugadores muy buenos y sabíamos que sufriríamos. Lo hablamos, teníamos que estar juntos. Resistimos con el 1-1, y al final Gonzalo tuvo el premio de un gol que merecía”. El partido terminó 3-1 para los cerveceros, que enloquecieron de alegría con la afición.
En cuartos esperaba el Rayo Vallecano, que jugó con superioridad el partido de ida por la expulsión de Lledó. El gol de Campeny desde los once metros en el tramo final fue remontado por dos acciones de estrategia consecutivas de los madrileños en el tiempo añadido. “Nos hizo mucho daño perder de esa manera. Sobre todo, porque no nos sentimos dominados en el juego y tuvimos las mejores ocasiones. Fueron dos jugadas aisladas”. El equipo se quedaría a un gol de forzar la prórroga con el empate a uno de la vuelta. “No se puede caer de forma más cruel”, recuerda aún hoy uno de los líderes de aquel vestuario. “Fuimos muy superiores, desaprovechamos ocasiones muy claras. Al terminar, lloramos de impotencia por no superar la eliminatoria y porque el desacierto de cara a portería nos condenó”. El Rayo acabaría ganando la Copa del Rey.
“Cristóbal nos dijo que entrenarnos había sido un placer y que sabía que lo habíamos dado todo”, dice Vito. “Creo que ese equipo merecía mucho más. Hicimos un recital en la vuelta contra el Rayo y muchos nos despedimos del fútbol base con aquel recuerdo”. Aquel verano, Vito reforzaría la portería del Badalona, con quien debutó en Segunda B con sólo 19 años. Después de experiencias en el Córdoba y en el Extremadura, el ex cervecero fichó por el Peralada, llegando a hacer la pretemporada con el primer equipo del Girona.
Marc Vito jugó en el Club los tres años de juvenil. “La Damm me aportó muchos valores como deportista y como persona”, explica el portero, que sostiene que el paso de Cristóbal “ayudó a profesionalizar el Club aún más”.
Este jueves, el actual jugador del Eibar Edu Expósito, cerrará la tanda de conversaciones en Instagram a partir de las 20:10 horas.
Test personal a Marc Vito
Mejor amigo en el vestuario: Lucas Viña
De quien más aprendiste: Edu Expósito
El jugador con más clase / técnica: Carlos Doncel
El más decisivo: Arnau Campeny
El líder: Pol Tarrenchs
El más gamberro: Carlos Doncel