El joven jugador debutó el pasado fin de semana con el Juvenil C una vez superada su segunda lesión de cruzados y ha vuelto a vestir la camiseta de la Damm, esta vez como jugador de campo, después de haber sido portero cervecero hasta infantil
El fútbol, más allá de ser un deporte que levanta pasiones y que mueve emociones y sentimientos, también permite transmitir valores como el trabajo, el esfuerzo o el afán de superación, entre otros muchos, y detrás de cada jugador se esconde una historia que se va forjando a lo largo de su trayectoria dentro del terreno de juego. Algunas, de tan sorprendentes e inspiradoras como la de Salva Costa, que el pasado sábado volvió a vestir la camiseta de la Damm en la victoria del Juvenil C ante el Sant Andreu (2-0). Lo hizo como delantero, más de tres años después de su último partido en la entidad defendiendo la portería del Infantil B, y de haber superado también dos lesiones en los cruzados en este tiempo.
El buen trabajo le permitió ganarse con mucho esfuerzo el retorno al Club este verano para afrontar la etapa de juvenil en la entidad, y una vez superada del todo la lesión, ha llegado la recompensa de poderse volver a enfundar la camiseta de la Damm. “Estoy muy contento por el debut, puesto que es una gran satisfacción después de haber estado más de nueve meses sin competir por la lesión”, dice Salva, que también explica que “ha sido un placer y una gran alegría volver como jugador, después de tres años, a un Club donde ya estuve en el pasado como portero”.
Y es que Salva Costa (2005) empezó su trayectoria en la Damm formando parte del Benjamín A. Defendiendo la portería cervecera, fue superando etapas dentro del Club hasta cerrar la de fútbol 7, pero en uno de los años más complicados para los jóvenes jugadores, el del salto al fútbol 11, se le añadió un punto extra de dificultad al acabar decidiendo cambiar la portería por el terreno de juego. A pesar de sus buenas condiciones bajo palos, la estatura fue clave en su propia decisión de dar el paso a jugador de campo, y la elevada exigencia de la Damm, desgraciadamente, no le permitió continuar formándose en la entidad después de cuatro cursos como portero cervecero.
Desde entonces, han pasado tres temporadas en las cuales el joven jugador ha seguido su formación en el Sant Andreu, club contra el cual precisamente disputó los primeros minutos con el Juvenil C, y allá le tocó vivir por primera vez la cara más amarga de este deporte con la primera lesión de ligamentos cruzados. Aun así, el trabajo, la disciplina y sobre todo el afán de superación que ya había demostrado años antes adaptándose a su nuevo rol como jugador de campo le permitieron completar una excelente recuperación para volver a los terrenos de juego con la ambición intacta para seguir demostrando sus capacidades sobre el césped.
Después de superar los momentos más difíciles, Salva Costa encontró el último curso el premio a todo el esfuerzo realizando una gran temporada en División de Honor Cadete que le abrió de nuevo las puertas del conjunto cervecero de cara a la temporada vigente, esta vez ya como delantero. Una temporada que completó con unos grandes registros goleadores, acabando la liga como cuarto máximo realizador de la categoría con siete goles en doce participaciones y una media de 0,6 dianas por partido, pero que desgraciadamente concluyó con una nueva lesión en los cruzados.
Con mucho esfuerzo y persistencia, este año la ha vuelto a superar acompañado ya por los Servicios Médicos del CF Damm. “Doy muchas gracias a Dios, y sobre todo a mis compañeros, entrenadores y fisioterapeutas, que son quienes me han acompañado en este proceso de recuperación”, remarca Salva Costa. Así pues, a partir de ahora, el Club con el cual siempre ha demostrado tener un fuerte vínculo volverá a disfrutar de su talento futbolístico y de su calidad humana, y podrá defender con orgullo unos valores que ha demostrado representar a la perfección.
Por Jordi Pineda, departamento de Comunicación
