Los cerveceros disputaron la final del torneo que se celebró ayer en Arenys de Munt contra el Espanyol, después de haber ganado por 4 - 0 al Cornellà con goles de Cano, Kilian, Moha y Fabra. El Espanyol, que dominó la primera parte, exhibió un muy buen juego, aunque la presión cervecera hizo que jugara mucho tiempo en campo propio. De hecho, a pesar del dominio en la primera parte, los goles pericos llegaron a balón parado durante los primeros minutos de partido. El primero, con un remate de cabeza a la salida de un córner; el segundo, una caída en el interior del área que el colegiado interpretó como penalti i que los blanquiazules transformaron. El marcador ya no se movería durante todo el partido.
Los cerveceros, que no habían dispuesto prácticamente de oportunidades de gol y que habían sufrido para mantener la posesión del balón, dieron un paso adelante en la segunda parte. Decididos a buscar la remontada, mostraron una gran intensidad y tomaron el control del juego. Consiguieron generar peligro en la portería perica, especialmente a través del juego exterior, pero se encontraron a un portero muy acertado. A pesar de la mejora en el juego, los de Parralo no consiguieron mover el marcador y se hicieron con la segunda plaza del torneo.